Dios eleva a los mas fuertes

martes, 4 de febrero de 2014

De las pasiones y de las alegrias


Hermano, cuando posees una virtud y esa virtud es tuya, no la tienes en común con nadie, es solamente tuya. A decir verdad, tu quieres llamarla por su nombre y acariciarla; quieres tirarle de la oreja y reír con ella. Y ya ves! Ahora tienes su nombre en común con el pueblo, y te has convertido con tu virtud en pueblo y rebaño! Harias mejor en decir: "Algo inefable y sin nombre es lo que constituye el tormento y la dulzura de mi alma, y lo que es también el hambre de mis entrañas".
Que tu virtud sea demasiado alta para la familiaridad de los nombres; y, si necesitas hablar de ella, no te avergüences de tartamudear. Habla y tartamudea así: "Este es mi bien, el que yo amo; así es como me agrada enteramente, así solo es como yo quiero el bien. No lo quiero como el mandamiento de un dios, ni como una ley, una necesidad humana; no ha de ser para mi un guía hacia tierras superiores y paraísos. Lo que yo amo es una virtud terrena, que tiene poco que ver con el sentido común y la inteligencia. Pero este pájaro ha construido su nido en mi; por eso lo quiero y lo estrecho contra mi corazón. Ahora incuba en mi sus dorados huevos".
Así es como debes hablar y alabar tu virtud. Antes tenias pasiones y las llamabas males. Pero ahora no tienes ya mas que tus virtudes: nacieron de tus pasiones. Convertiste tus pasiones en tu meta suprema,y entonces se convirtieron en tus virtudes y alegrias. Y así fueses de la raza de los coléricos, o de los voluptuosos, o de los fanáticos, o de los vengativos, todas tus pasiones acabaran por convertirse en virtudes, todos tus demonios en ángeles.
Antes tenias en tu cueva perros salvajes, pero acabaron por convertirse en pájaros y aves cantoras. Con tus venenos te has preparado tu bálsamo; has ordeñado la vaca "tribulación", y ahora tomas la dulce leche de sus ubres. Y ningún mal nace ya en ti; sino es el mal que brota de la lucha de tus virtudes. Hermano, si eres dichoso, tienes una virtud y nada mas; así pasas el puente mas ligero.
Es un honor tener muchas virtudes, pero es suerte dura; y no falta quien ha ido a matarse al desierto por estar cansado de ese combate y campo de batalla de virtudes.  Hermano, la guerra y la batalla son males? Pues son males necesarios: la envidia, la desconfianza y la calumnia son necesarias entre tus virtudes. Mira como cada una de las virtudes desea lo mas alto que hay; quiere todo tu espíritu para que sea su heraldo; quiere toda tu fuerza en la cólera, el odio y el amor. Celosa es cada virtud de las otras virtudes, y los celos son una cosa terrible; también las virtudes pueden morir por los celos.
El que gira en torno de la llama de los celos, acaba por volver contra si mismo el aguijón envenenado, igual que el alacrán. Ay hermano mio! no has visto nunca a una virtud calumniarse y acabarse a si misma? El hombre es algo que debe ser superado, por eso necesitas amar tus virtudes: porque por ellas puedes perecer.